@r.maisha

viernes, 14 de septiembre de 2012

UN SUICIDIO EVITABLE


FUENTE:http://lamansaguman.cl
El miércoles 12, en su versión online, el diario La Segunda abordó el suicidio de una parvularia, un mes después de haber sido violada, bajo este título: “Piden explicaciones a la justicia por dejar libres a presuntos abusadores de la parvularia que se suicidó”. La noticia contiene el relato de la protesta que ante el tribunal realizaron familiares y amigos de la parvularia Gabriela Marín quien fuera violada por un grupo de individuos, lo que fueron dejados en libertad porque la detención fue efectuada sin cumplir con los procedimientos que establece la ley.
Como en muchos otros, en este caso sucedió lo que es más usual de lo que quisiéramos : las agresiones sexuales (de cualquier índole) cometidas contra mujeres no son consideradas por los tribunales chilenos lo suficientemente importantes como para que se tomen las medidas que el sistema legal establece para proteger a las víctimas y asegurar  el juzgamiento de los victimarios.
Nada se hizo bien. Por parte de la Fiscalía no hubo celo ni preocupación para investigar la violación y asegurar así que se cumpliera con el procedimiento que permitiera efectivamente configurar las pruebas requeridas para establecer la investigación por violación. Sólo logró establecer un caso por abuso sexual agravado y robo con violencia.
La Fiscalía no logró probar ante el tribunal de garantía el peligro de que queden en libertad tres individuos que están siendo investigados por un delito de tal magnitud, como es violencia sexual (esta vez agravada con otro delito: robo con violencia). Es decir, han concurrido dos delitos y ambos con un agravante.
Y el tribunal tampoco tuvo el criterio de evaluar que la ocurrencia de los delitos fueran lo suficientemente graves para –a pesar de la falta de puebas–, actuar de oficio y mantener decretada la detención.
La agresión sexual contra las mujeres será una vez más ninguneada, negada o borrada. Más pudieron las formalidades de la ineficiencia que, sumadas a los prejuicios en materia de delitos sexuales contra las mujeres, implicaron dejar en libertad a tres agresores, sin importar como la víctima quedaba en la indefensión y desamparo más absoluto.
Esa mujer víctima de una agresión tan desgarradora como es la violación, vio cómo la esperanza de justicia se desvanecía. Primero vio la falta de pericia de la Fiscalía, porque sólo se tipificaba su caso como “abuso sexual”. Luego era declarada ilegal la detención y finalmente los culpables dejados en libertad.
Gabriela Marín era parvularia, tenía 22 años y dos hijos. Fue violada el 7 de agosto. Se suicidó el 6 de septiembre.

Así, el titular verdadero debe ser: “Nuevo error de Fiscalía deja impune delito de violación cometido contra una joven, quien ante la impotencia se suicida”

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